Por Sofía Porras | @sofiaa_exee
Entre el duelo, el humor y la ficción surge la práctica de Enrique López Llamas (México, 1993), artista que cuenta con una de las voces más singulares del arte contemporáneo mexicano. Partiendo de medios como la pintura, el video, el performance y la instalación, su obra propone una revisión especulativa y afectiva de los relatos hegemónicos de la historia del arte. Esta revisión se articula en diálogo constante con experiencias biográficas atravesadas por el duelo, la introspección, la salud mental y la farmacología.
Enrique López Llamas se formó en la Universidad de Guanajuato y posteriormente en programas y residencias como SOMA, Cobertizo, Malo Residency y la Escuela de Arte Útil. Su trabajo ha sido expuesto en exhibiciones individuales y colectivas, dentro y fuera de México, en ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Quito y Pereira. Actualmente es representado por la galería LlANO.
La práctica de López Llamas transforma ideas en medios visuales que examinan estructuras culturales y de poder, generando una reflexión colectiva sobre nuestra época y sus lógicas de visibilidad y representación. Con frecuencia recurre a la intertextualidad para poner en tensión narrativas dominantes del arte moderno y contemporáneo, con el objetivo de reconfigurarlas desde lo íntimo, lo queer, lo precario o lo patologizado. Genera piezas que terminan por ser un contraarchivo emocional y político: un repertorio de memorias, afectos y experiencias que no tienen lugar en los discursos hegemónicos.
Una de las características que destaca en sus primeras producciones es el uso de psicofármacos. En obras como Yo no sabía nada de mi padre (2021), Un cuervo empolla los ojos de su padre (2021) y Ya ves que en esta casa son puros problemas (2022), el artista parte de su experiencia personal al observar a su padre consumir psicofármacos tras un intento de suicidio, así como de su propio uso para tratar trastornos de salud mental. Este conjunto de obras representa diversas escenas en las que lo real se entrelaza con lo mitológico para explorar no solo el contexto en que fueron prescritos los fármacos, sino también las consecuencias personales, familiares y sociales que derivaron de su uso.



Desde la intertextualidad, el collage, e incluso el pastiche, López Llamas conjuga esta reflexión respecto al uso de psicofármacos con la historia del arte y la forma en que estos compuestos se han convertido en agentes estructurales de la subjetividad contemporánea. Series como Flores de la maldita primavera (2022) reflexionan sobre la presencia de desórdenes mentales en la historia del arte, reinterpretando naturalezas muertas de artistas conocidos que padecían ansiedad, depresión o cometieron suicidio.
«Este es un proyecto de pinturas con fármacos que no trata ni de pintura ni de fármacos. Dios bendiga a la cultura occidental.»
Enrique López Llamas
Un aspecto central en el desarrollo de estas obras es el uso de psicofármacos como material pictórico. Tal como se observa en Painting and pharma (2022) o Abstracciones de una pastilla, o Kelly en realidad pintaba medicamentos (2022) el artista los pulveriza para crear tonos y texturas específicas, incorporándolos físicamente en la composición. Esto permite que, desde su fisicalidad, las obras materialicen la experiencia que el artista quiere transmitir a nivel conceptual: no se trata únicamente de nombrar la vivencia, sino de confrontar al espectador con ella, de hacerla tangible y casi corpórea en el espacio de la obra. De este modo, aunque relate algo profundamente personal, inevitablemente, la obra logra resonar con un contexto social en el que el uso de estos medicamentos permanece como una realidad cotidiana, pero al mismo tiempo como un tema tabú cargado de estigmas.
La práctica artística de López Llamas se abre a múltiples lecturas y puede analizarse desde diferentes flancos debido a la complejidad conceptual y afectiva que la atraviesa. No obstante, ejes como la biopolítica y el control de los cuerpos ofrecen coordenadas clave desde las cuales es pertinente acercarse a su obra. En este sentido, el concepto de «Cuerpo sin Órganos (CsO)», desarrollado por Gilles Deleuze y Félix Guattari, se presenta como una herramienta viable para explorar cómo estas piezas desmantelan las nociones normativas del cuerpo y proponen nuevas formas de habitarlo.
Pensemos en un embrión: un organismo en desarrollo cuyas partes existen en potencia. A medida que se desarrolla, esas partes se especializan y sus órganos adquieren funciones específicas: se organizan, jerarquizan y subordinan para integrarse a una estructura mayor que les impone lo que deben ser y hacer. De manera similar, la sociedad funciona como un complejo organismo que regula y controla los cuerpos que la conforman, asignándoles roles, conductas, espacios y normas que deben cumplirse con fines biológicos, sociales, productivos o normativos. En términos de Deleuze y Guattari, el paso del cuerpo en potencia al cuerpo organizado, señala el momento en que el cuerpo se territorializa; es decir, cuando sus funciones, órganos, afectos y deseos son disciplinados en función de un sistema que, en gran medida, impone su noción de orden por encima de las necesidades y deseos de los cuerpos que lo integran. Frente a esta maquinaria, los filósofos proponen la figura del CsO —o Cuerpo sin Órganos—.
El CsO no es una entidad literal ni una utopía, sino una estrategia de resistencia que permite reorganizar el cuerpo y el deseo al margen de las estructuras impuestas. No se trata de negar al cuerpo, sino de liberarlo de su codificación funcional, de aquello que lo define por lo que «debe» hacer —reproducirse, trabajar, obedecer, etc.— y abrirlo a todo lo que es capaz de hacer.
El CsO plantea las condiciones para la des-territorialización, es decir, para que tanto el cuerpo como el deseo puedan desviarse, escapar y devenir en otra cosa.
Esta noción puede parecer abstracta, pero resulta útil para comprender la obra de López Llamas. Sus trabajos, lejos de representar al cuerpo como forma acabada, lo exploran a partir de su condición vulnerable, farmacologizada y afectiva. El uso de medicamentos psiquiátricos como material pictórico trasciende el gesto estético y se convierte en una potente propuesta. Esta cuestiona el lugar que ocupa la industria farmacéutica en la gestión de la vida, el modo en que los psicofármacos territorializan la experiencia emocional y la forma en que el sufrimiento se administra bajo la lógica de la estabilización química.
Sin embargo, como nos muestra en Notas sobre el consumo de clonazepam (2022), a través de las frases irónicas impresas sobre cajas de medicamento a gran escala, su intención no es condenar el uso de psicofármacos o subestimar el beneficio que pueden traer para tratar diferentes enfermedades mentales, sino exponer cómo una experiencia tan profundamente entrelazada con lo personal y lo familiar puede ser interpretada dentro de un contexto más amplio.
Cuando el artista utiliza los medicamentos como material en su obra, de inmediato desactiva tanto su función clínica como su significado simbólico. Ahora el cuerpo deja de ser objeto de corrección y se vuelve un espacio de experimentación abordado desde la ironía, la nostalgia y el humor. En lugar de representar el cuerpo, lo interrumpe y lo desorganiza. No ofrece soluciones, sino posibilidades. Hace visible lo que el biopoder busca ocultar y lo convierte en material para pensar, sentir y resistir de otro modo. La noción de cuerpo sin órganos se ejerce, no como fin o escapatoria, sino como estrategia ética de existencia.
Aunque López Llamas afirma que su trabajo no se centra ni en la pintura ni en los fármacos, su producción nos invita a cuestionar si estamos ante patologías individuales o frente a síntomas de un sistema que nos exige más de lo que podemos ofrecer, que nos aísla, nos condiciona y nos seduce con la promesa de una productividad constante.
Durante los últimos años el artista ha desplazado su atención de la materialidad farmacológica, pero el cuerpo sigue siendo un hilo conductor en sus obras. Su práctica más reciente se orienta hacia una exploración de la identidad como acto performativo, donde no hay una esencia preexistente, sino un proceso contingente y mutable capaz de construirse y deconstruirse a través de gestos, materiales y afectos. El otro protagonista de la noche (2025), su última exposición en LLANO, presenta una reflexión sobre esto. En sus palabras, se trata sobre:
«La repetición y el fracaso, sobre el ciclo sísifo de prueba y error que constituye tanto la experiencia universal de la performance de la adultez, como la de una vida consagrada al arte: los riesgos y los triunfos, la vergüenza y la osadía, el síndrome de impostor contra el síndrome de main character».
López Llamas nos demuestra su continua capacidad de asumir la vulnerabilidad como estrategia central de su producción, sin olvidar el hilo conductor de su práctica y siempre retomando códigos y gestos que apuntan a la cultura pop y la historia del arte.
En una segunda parte me detendré con mayor profundidad en su producción más reciente; sin embargo, resulta innegable que la obra de Enrique López Llamas sitúa al cuerpo en una posición central, concebido como un territorio de potencia, vulnerabilidad y resistencia que exige ser continuamente explorado. En un contexto marcado por discursos rígidos y soluciones simples, se vuelve urgente la presencia de artistas que, más que ofrecer respuestas, abran fisuras, multipliquen las posibilidades de sentido y fragmenten las narrativas hegemónicas. Que reimaginen el cuerpo no como algo de lo que se deba huir, sino como un espacio en disputa desde el cual repensar lo común.—SP
Fuentes de consulta:
—Artishock. 2023. «La tiranía de la originalidad». 16 de diciembre de 2023. https://artishockrevista.com/2023/12/16/la-tirania-de-la-originalidad/.
—Deleuze, Gilles, y Félix Guattari. 2004. Mil mesetas: capitalismo y esquizofrenia 2. Traducción de José Vázquez Pérez y Umbelina Larraceleta. Valencia: Pre-Textos.
—LLANO. s. f. «Enrique López Llamas». https://llano.mx/artistas/enriquelopezllamas/.
—López Llamas, Enrique. s. f. «Work». Enrique López Llamas. https://enriquelopezllamas.com/work.
Actualmente, el trabajo de Enrique López Llamas puede verse en la exposición BE-LONGING hasta el 31 de agosto de 20025, una muestra colectiva de la Colección de Arte Mercedes-Benz Espacio CDMX Arquitectura y Diseño, curada por Polina Stroganova. Además, se presentará en la próxima edición de Frieze London, donde LLANO prepara una exhibición individual del artista en la sección Focus de la feria, del 15 al 19 de octubre de este año en Regent’s Park, Londres.
Conoce más de los protagonistas de este texto:
Enrique López Llamas | @elopezllamas
Llano | @llano__mx
Polina Stroganova | @polina.stroganova